Industrialización: el motor del Plan de Emergencia Habitacional que propuso el Gobierno
31 julio 2022Con colaboración, nuevas tecnologías e innovación, el Estado y la industria trabajan aceleradamente para lograr una meta de alto impacto para el país: 260 mil nuevas viviendas sociales al 2025.
El Plan de Emergencia Habitacional 2022-2025 que impulsa el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) es la piedra angular para que miles de personas puedan acceder a una vivienda de calidad. La meta del Estado es entregar 260 mil hogares en los próximos tres años. Para lograrlo, la innovación y la tecnología serán ingredientes indispensables en la fórmula, ya que prácticamente duplicar la producción de vivienda nacional no será tarea fácil.
“Si seguimos haciendo las cosas como lo hacíamos antes, no vamos a llegar a la meta. Dentro de las cosas en que hay que innovar no sólo está el acelerar los trámites de los permisos, sino también las revisiones, al igual que la forma de construir. De ahí nuestro interés -como Minvu- de darle harta importancia a la industrialización, ya que nos va a permitir construir viviendas de manera más rápida, con menos residuos y mejor calidad”, comenta el jefe de la División Técnica de Estudios y Fomento Habitacional (Ditec) del Minvu, Ricardo Carvajal.
Desde hace cinco años, el Consejo de Construcción Industrializada (CCI), promovido por Construye2025, ha estado trabajando junto al Minvu, a través de la Ditec y, tanto en el directorio como en los grupos técnicos, han estado empujando la construcción industrializada en los proyectos habitacionales. De esta manera, tal como explica la presidenta del CCI, Tatiana Martínez, se ha logrado la reducción de los plazos de ejecución, mejorar la forma de construir y generar mayor productividad y sustentabilidad, aportando calidad de vida a los usuarios en este desafío. “Frente al déficit, estos sistemas constructivos tienen el potencial de resolver el problema con una mayor rapidez de entrega, actualmente no lograble con sistemas tradicionales de construcción”, precisa Marcos Brito, gerente de Construye2025 y director del CCI.
Brito también cuenta que “hoy toda una red de proveedores y expertos para este tipo de metodologías y soluciones constructivas, la mayoría de ellos agrupados en el CCI. Lo importante es considerar que estas empresas tienen una capacidad hoy definida de producción, pero la mayoría está en condiciones de aumentar significativamente su capacidad productiva siempre que la demanda exista”.
En los últimos tres años, a pesar de la crisis, la pandemia y la escasez de mano de obra, la presidenta del CCI destaca que se han desarrollado más viviendas y edificios DS19 y DS49. “La construcción industrializada ha mostrado sus excelentes resultados, al compararse con los métodos de construcción tradicional. En términos generales, estas obras ofrecieron mayor calidad, reducción de tiempo de ejecución, menor dotación de mano de obra, disminución de escombros, mayores certezas en términos de costos y reducción de riesgos”, dice.
Compromiso y colaboración
Concretar los proyectos, precisamente, ha permitido multiplicar el alcance de los beneficios y ventajas de la industrialización en todo el país, para lograr incluirlos en las nuevas licitaciones públicas. Según Tatiana Martínez, ha sido muy positivo trabajar de forma colaborativa y sumar el esfuerzo de todo el sector para sacar adelante iniciativas público – privadas.
“Sabemos que en este último periodo el déficit habitacional se ha incrementado. Para eso, el Plan de Emergencia Habitacional del Minvu nos convoca a comprometernos y colaborar”, señala la presidenta del CCI.
Las acciones deben ser ágiles y, con este objetivo, la construcción industrializada puede abrir múltiples caminos, como los que enumera Tatiana Martínez.
- Desde la prefabricación en plantas industriales que realizan un proceso integral o aquellas que fabrican elementos de diversas materialidades (hormigón, madera, acero o sistemas híbridos), mediante alta tecnología y maquinaria de punta que permite mayor automatización de sus procesos, además de un control sistemático de producción y calidad. “Los convenios que se están realizando con algunos de nuestros socios son una muestra de que se pueden generar alianzas, en beneficio del usuario final y que abren la puerta a nuevas soluciones habitacionales que -esperamos- se multipliquen”, comenta la presidenta del CCI.
- Potenciando la industrialización a través de la integración temprana en el diseño (arquitectura y cálculo estructural), para construcción de las viviendas, promoviendo el desarrollo de soluciones industrializadas, prefabricadas y modulares que permitan mejorar la calidad de las casas y edificios. “Para esto es muy importante la conexión entre las entidades patrocinantes, los constructores y prefabricadores en vías de la transformación sistemática”, dice Tatiana Martínez, quien cree necesario apuntalar a las constructoras para que implementen metodologías de diseño, manufactura, logística y montaje o talleres en obra para desarrollar algunas partidas prefabricadas in situ agregando valor a la mano de obra, siempre con un riguroso control de calidad.
- Impulsando la capacitación del capital humano para el trabajo en las plantas industriales como operarios de maquinarias y en cada proyecto, a través de mano de obra local para realizar trabajos in situ tanto de montaje como de faenas adicionales. Si bien es cierto que se requiere de un periodo de inducción, el aprendizaje es rápido y existen oportunidades para perfeccionarse porque son procesos repetitivos y estándares.
- Fortaleciendo la confianza público privada para dar certeza a la inversión, el financiamiento y la cadena de pago también generará mayor volumen, para la actual capacidad productiva instalada en las plantas, además de favorecer nuevas inversiones de expansión y la generación de nuevas empresas.
Como complemento y refuerzo en este esfuerzo de mejorar la productividad del sector, el CCI cuenta con una metodología de medición que incluye un set de indicadores para medir la industrialización, la que tiene por objetivo estudiar los proyectos desde su etapa de diseño hasta que están terminados, abordando tres principales ámbitos de interés: proyecto, medioambiente y social, con tres niveles de industrialización independientes entre sí, ya que abarcan mediciones estandarizadas para proyectos de nulo, medio y alto nivel de implementación. Asimismo, prontamente estará disponible la Norma NCh3744, impulsada también por el Minvu, que definirá por primera vez lo que entendemos en Chile por Construcción Industrializada y sus conceptos asociados.
Fuente: Construye2025