Más industrialización, menos zonas de confort
26 marzo 2021Por Cristián Armas Morel, vicepresidente ejecutivo de Empresas Armas
La industrialización es un cambio de paradigma, al que me sumé hace un tiempo junto a un grupo de soñadores que creemos en que por acá va el camino. Estoy convencido que el estancamiento de la productividad de nuestro sector que lleva 25 años, como se señaló en la última Semana de la Productividad, en la que se presentaron informes elaborados por la Comisión Nacional de Productividad (CNP) y Matrix Consulting, por encargo de la CChC, se debe a que nuestro rubro no ha querido salir de la zona de confort y del “siempre lo hemos hecho así, para qué cambiar”.
Hoy tenemos un desafío como país: disminuir el déficit habitacional que alcanza según cifras de la CChC, a más de 700 mil viviendas. El 58% corresponde a allegamiento y el 42% a la necesidad de reemplazar unidades deterioradas. Pero no sólo tiene que ver con la cantidad de viviendas, sino con su calidad, y que la construcción de ellas no contamine. Ser respetuosos con el medio ambiente hoy es una consigna.
Para aportar en este punto, las inmobiliarias debemos sortear una realidad que cada vez va a ser más complicada: menos disponibilidad de suelo a un precio más alto. El acceso a la vivienda continuará estando dentro de los sueños de las personas. ¿Qué hacemos entonces para contrarrestar esta situación? Creo que la eficiencia en el proceso de la construcción, se logra con la industrialización. Por eso hoy debemos innovar.
Y esto es posible. Hay países como Holanda, donde el 50% son viviendas prefabricadas, y en Suecia donde es casi la totalidad. En San Francisco, EE.UU., pude ver y comprobar que sí se puede planificar construir un edificio de 26 pisos y 2 subterráneos en un año y dos meses, con una generación mínima de desechos. Acá otro desafío, trabajar en la reutilización de ellos, y en buscarles otra vida útil.
Rodrigo Vargas, gerente de Constructora Armas, lidera al equipo que aspira a ser parte de esta realidad, que día a día se esfuerza por cambiar algunas prácticas arraigadas, con el objetivo de acercarse más hacia el proceso de industrialización. ¿Cómo? Mirando y estudiando las tendencias a nivel mundial. Debemos aspirar a ser más sostenibles como rubro. Las viviendas industrializadas, estoy convencido, son la forma que tenemos para mejorar la productividad, optimizar los recursos y ser respetuosos con el medioambiente. Si diseñamos y planificamos colaborativamente, lograremos una construcción más rápida y de alto estándar, implementando tecnologías que mejoran la productividad y eficiencia.
Un elemento diferenciador y que nos demuestra que vamos por un buen camino es la aplicación del “Método Armas”, que se basa en 4 pilares: Planificación colaborativa, Gestión por compromisos, Clasificación, orden y limpieza, y Gestión visual.
Esta forma de trabajo es un compromiso que hemos adquirido. “Queremos reducir los plazos de entrega, mejorar el estándar, generar empleo más capacitado, minimizar el impacto ambiental, además de involucrar a contratistas, proveedores, y sobre todo colaboradores, generando así una cadena de valor colaborativo. Eso es sólo posible cambiando la actual mirada. Como compañía, entendemos que la experiencia de nuestros clientes está presente en todo momento y construir bajo un estándar de excelente calidad y en un tiempo menor, son la manera de entregar un mejor servicio”, comenta Rodrigo Vargas.
Sumarse al Consejo de Construcción Industrializada (CCI) es compartir un desafío, es unirse para demostrar que nuestro rubro con esta mirada va a crecer, se va a profesionalizar. Los actuales colaboradores tendrán más posibilidades y todo eso va a repercutir positivamente en nuestros clientes y, por supuesto, en la calidad de vida del país, ya que podremos responder de mejor manera a reducir el déficit habitacional, por ejemplo.
Sólo si cambiamos la mirada, podremos adaptarnos a lo que viene. La apuesta hoy es salir de la zona de confort y cambiar la cultura hacia un trabajo más colaborativo y eficiente.