El golpe de timón que necesita la industria para reactivarse
24 agosto 2020Mano de obra más especializada, más velocidad en obra, menos escombros y más seguridad, son resultados propios de la construcción industrializada, la cual podría ser clave en la reactivación pospandemia.
Representantes del Consejo de Construcción Industrializada (CCI) y de la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas (MOP), se reunieron a conversar sobre los desafíos y las oportunidades que ofrece la industria, en materia de productividad y sustentabilidad. En el encuentro, la presidenta del Consejo de Construcción Industrializada (CCI), Francisca Cruz -gerente general de Echeverría Izquierdo-, se refirió a la importancia de trabajar colaborativamente desde la concepción de los proyectos, en los que se integran las distintas especialidades.
De esta manera, la ejecutiva valoró la posibilidad de estandarizar procesos, medidas y tipologías, para prefabricar, incorporar distintas soluciones prefabricadas y conducir a la industria a una mayor cantidad de elementos ensamblados o montados en obra. Todo esto, dentro de un proceso de construcción más estandarizado, que permite capitalizar los beneficios de la industrialización.
“La productividad en la industria de la construcción, en Chile, está estancada hace más de 20 años, tenemos un triste récord. Lo común en nuestra industria son excesos de tiempo, de costo, esa es la norma y ahí, precisamente, nace el desafío de repensar nuestros procesos y de incorporar tecnología”, señala Francisca Cruz.
Según Clapes de la Universidad Católica, el fenómeno de pérdida de productividad, ha significado una pérdida anual de 1,5 puntos del PIB entre los 1996 y 2016, lo que hace más urgente la incorporación de tecnología a los diseños, especialmente, de proyectos del Estado. Además, según la presidenta de CCI, cada vez es más escasa la mano de obra calificada, mientras la certeza en los plazos cobra tanta relevancia como la satisfacción de la demanda de mayores estándares de calidad, para dar el salto en productividad.
“Si antes la industrialización era una tendencia, hoy día es una obligación. ¡Cuántos de nosotros nos beneficiaríamos de tener una gran cantidad de partidas en una fábrica, en un ambiente más controlado donde pudiéramos efectivamente promover el distanciamiento, cuidar las medidas de protección del personal! Hoy día, si hay que pensar en un rubro que se ve altamente expuesto a las condiciones de la pandemia, es precisamente el nuestro”, argumenta Francisca Cruz.
Disrupción y reactivación
El último informe de McKinsey, una de las consultoras más prestigiosas del mundo, posiciona a la pandemia de COVID-19 como el cambio más disruptivo que ha experimentado la industria de la construcción. Por eso, la presidenta del CCI cree que en cinco o diez años, la industria estará basada en productos, con una mayor incorporación de ensamblaje, donde el BIM va a ser clave.
En ese contexto, urge contar con una plataforma en línea de integración en tiempo real, que disminuya las asimetrías entre el Estado y los privados y que de trazabilidad no sólo al proceso de diseño, sino también desde el punto de vista de la construcción, afirma Francisca Cruz. “La industria puede dar un golpe de timón y aprovechar la pandemia como una oportunidad en los planes de reactivación. No esperemos tener resultados distintos en productividad y en certidumbre -lo que es tan relevante para los proyectos públicos- si seguimos haciendo más de lo mismo”, puntualizó la presidenta de CCI.
Durante el encuentro, la secretaria ejecutiva del Consejo, Katherine Martínez, expuso una serie de casos de industrialización que mostraron disminuciones cercanas al 30% en la generación de escombros, reprocesos y reparaciones. Además, reveló experiencias de obras que han aumentado hasta en un 40% la velocidad, especialmente, cuando se industrializa la obra gruesa, una disminución de 23% en el costo de la mano de obra in situ y una caída superior al 50% de accidentes en obra.
Uno de los proyectos mencionados fue un proyecto de cinco edificios de cuatro pisos y ochenta departamentos en sistema de marco-plataforma en madera. “Este caso lograron instalar ocho paneles por día con una rapidez muy grande, porque buena parte de los procesos ocurre en una fábrica bajo situaciones controladas”, detalló Katherine Martínez, quien destacó también que el sistema de logística y transporte para el montaje en el sitio de construcción convierte a la obra en un lugar limpio y seguro.
Otro de los casos de éxito fue el Hospital Biprovincial Quillota–Petorca, que incorporó industrialización en las losas de una parte de la estructura. En él se incorporaron 16.000 metros cuadrados de losas pretensadas de dos tipologías: alveolosa y prelosa, todo un desafío también para el proveedor que tuvo que entregar entre 1.200 y 1.350 metros cuadrados por semana y organizar su secuencia de producción para que hacer el traslado durante la noche y la instalación y faena durante el día. “Se logró una logística y una coordinación con el resto de las obras que permitió acelerar los procesos y ganar tiempo en el desarrollo de los proyectos”, comentó Katherine Martínez.
Tras conocer los diversos proyectos industrializados, el director nacional de Arquitectura del MOP, Raúl Irarrázabal, invitó a los representantes de CCI a trabajar en la logística, el aprovisionamiento y el embalaje. “Cuando hay un compromiso por parte de las empresas para abastecer una obra, tiene que ser llevado con la trazabilidad completa desde que sale de la fábrica hasta que ya se monta”, afirmó.
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